Disculpe la cobardía, pero le temo al teclado
- Michelle Iturralde
- 19 dic 2023
- 2 Min. de lectura
No sé si son cuestiones mías... puede que sí. Ese terror que viene acompañado por el impulso de escribir y se expresa, inconscientemente, en mis 7 pasos básicos:
Sentarse erguida frente a la pantalla.
Posar las dos manos sobre el teclado, en la forma en que te enseñaban en las clases de mecanografía - sí, la de 1990 o algo así.
Hacer lo que llamo el baile de los dedos, donde sólo tocas las teclas por encima para que el sonido empiece a llamar a la inspiración.
Respirar profundo.
Pensar, pensar, pensar, mientras tuerces la cabeza hacia la derecha y consigues encontrar esa primera palabra que detonará todo.
Respirar profundo unas dos veces más - porque si respiras más empiezas a hiperventilar.
Empezar a teclear como poseída.
Y empieza ahí el punto del miedo: que las cosas no tengan sentido, que lo que salga de tus dedos no valga la pena ser leído. Miedo al plagio sin intención, miedo a caer en lugares comunes, miedo a decir "¿para qué &%#! estudié redacción?".
Y no, no es que no sepa escribir, sé redactar buenas cartas para los clientes, soy muy buena con los correos electrónicos y me tomo el atrevimiento de decir que soy excelente para las descripciones; pero una historia, un cuento, un blog, aún mantienen esa sensación te tener que abrir la puerta más oscura de tu casa.
En fin, esta es la introducción del blog. Lo que suceda luego de esto, ya lo veré - o lo veremos, depende el caso - y podrá ser mejorado por el tiempo o simplemente puedo poner algo como "eliminar blog" y me saldrá como opción "¿desea eliminarlo para siempre de la mente de quienes lo han leído?" y pondré que sí, sin pensarlo.
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