El sabor del recuerdo

Una mujer sale a un parque todas las tardes.

En su bolso, siempre lleva un sánduche. 

El primer día, abre su bolso y saca un sánduche de atún dividido en dos partes.

Con su mano, llama a un anciano que camina por ahí. 

Él se sienta junto a ella y le da la mitad de su sánduche.

Mientras van comiendo, apenas hablan.

Él le comenta con cara de satisfacción “sabe igualito a los que hacía mi esposa”.

Ella sonríe y le dice “¿así de ricos?”

Y sale un flashback mientras él habla. En el flashback se ve a una señora haciendo sanduchitos pequeños de todos los colores y sabores: atún, queso con jamón, pollo, mortadela; mientras él narra “ella amaba hacer sánduches para su hija y le salían deliciosos todos”. Se ve cómo una niña pequeña muerde de un sánduche y muerde del otro, enfocan a la pareja y vuelve al presente.

Suenan unas campanas y la mujer ve su reloj. Es hora de irse. Mira al señor, saca otro sánduche de la bolsa y se lo da. Se levanta del asiento, le da un beso en la frente y le dice “qué bueno que aún recuerdes a mamá… chau, pa”.

Cierre: Hay muchas maneras de demostrar amor sin estar presente.